Desarrollar las ocupaciones laborales expuestos al frío, tanto al aire libre como en interiores, puede provocar problemas tales como dificultad para la ejecución de tareas, falta de coordinación, hipotermia (enfriamiento general que paraliza nuestras principales funciones corporales), heridas o eritemas en la piel (manos, dedos, nariz y orejas), pérdida de movilidad en manos y pies, disminución de la destreza mental, afecciones cardiovasculares,…